Otra de las ermitas del circuito de Bonansa, accesible desde un desvío a la carretera que accede a Bilbils. Colocada sobre un tozal que domina la cabecera del Valle del Isábena, San Salvador podía tener un origen castral por su tosca hechura. La ermita es románica y su construcción narra del siglo XII. De nave única con ábside semicircular, con poca ornamentación, la puerta de entrada se abre en el hastial sur. Manuel Iglesias encontró bajo el altar dos lipsanotecas, tapas para recubrir pequeñas reliquias, datables en el siglo XI y XII.